Youtube está enamorada

Querido lector,

Le escribo estas líneas para hablarle de Youtube. Sí, puedo confirmarle los rumores que hasta usted han llegado: Youtube está enamorada hasta rebosar, incapaz de disimular, donde su llama prende el amor estalla en flor…

Deliciosamente desinhibida, no puede dejar de amar…

Y tanto ama, que algunas personas podrían llegar a considerar que se trata de un sentimiento ligeramente hiperbólico…

Lo que a esas almas tristemente desecadas, yermas de pasión burbujeante, les llevaría a sospechar que ese tesoro exhibido, cantado a los cuatro vientos con voz coquetamente atronadora, es oropel, a nosotros en cambio nunca nos hace dudar de que es un sentimiento puro, sincero, ecológico…

No se la oye muy bien, pero todo indica que dice sí, un sí que es como una caricia. Y uno admira incondicionalmente esa sensibilidad que en lugar chapotear en la falsa superficie hace brotar la respuesta de la incontaminada fuente primordial del sentimiento; y tan hondo es que cuando las aladas palabras consiguen llegar a nuestros oídos ya no son más que una dulcísima brisa primaveral. Y es precisamente esa ligereza la que, en lugar de desdecir, confirma el vero sentir. (Ah, he engarzado la frase con una melodiosa rima, prueba de que hasta un alma resabiada como la mía puede iluminarse con el fulgor emotivo que Youtube irradia y embellecer con purpurina sus productos fraseológicos.)

Sin embargo, en Youtube no todo es tierna hermosura irresistiblemente “achuchable”. Disney también tiene alcantarillas… pero como me dirijo a adultos, es necesario hallar un símil que no ofenda el desarrollo cognitivo que presupongo en mi amado lector, siempre alguien muy especial, exquisito, porque no podría ser de otra forma quien lee mi blog… y la Tierra Media su Mordor. ¿Se acuerdan de la segunda parte? Las dos torres. El abismo de Helm. Sí, esa escena en la que se destila la esencia de la vida… Allí refulgen los elfos admirablemente alineados en harmónica formación a lo largo del almenado de la fortaleza que domina la llanura desaparecida bajo la hedionda marabunta de orcos y otras criaturas desagradables. Los unos lucen una belleza perfectamente kitsch; los otros también nos incomodan con sus muecas de dientes insalubres que coronan gargantas emponzoñadas que escupen horrísonas disonancias guturales. Siempre hemos sabido quienes son los malos. Ahora, iluminadas nuestras mientes con este argumento irrebatible, llega el momento de presentarles a Casey Neistat, que entre otros defectos cuenta con el de ser un varón, un ser desagradable que pretende contaminar con aliento vil el rosado latido purificador de Youtube (ADVERTENCIA: este video, además de ser recitado en inglés, contiene un lenguaje de una crudeza no apta para espíritus sensibles)…

Cínico asqueroso. Ah, pero no podrá vencer. Somos demasiados. Somos indestructibles.

Les quiere, incluso mucho,

Entreventanas