Podemos…

Escoja la opción que considere correcta:

A.

B. «La negativa a reconocer la naturaleza humana es como la vergüenza que el sexo producía en la sociedad victoriana, y aún peor: distorsiona la ciencia y el estudio, el discurso público y la vida cotidiana. Afirman los lógicos que una sola contradicción puede corromper todo un conjunto de afirmaciones y con ello hacer que se extiendan las falsedades. El dogma de la inexistencia de la naturaleza humana, vistas la pruebas científicas y del sentido común que avalan su existencia, no es más que una de esas influencias perniciosas. […] [L]a negación de la naturaleza humana no sólo ha enrarecido el mundo de la crítica y los intelectuales, sino que también ha perjudicado la vida de las personas corrientes. La teoría de que los hijos pueden ser moldeados por sus padres como se moldea la arcilla ha propiciado unos regímenes educativos artificiales y, a veces, crueles. Ha distorsionado las posibilidades con que cuentan las madres cuando tratan de equilibrar su vida, y han multiplicado la ansiedad de aquellos progenitores cuyos hijos no se han convertido en lo que esperaban. La creencia de que los gustos humanos no son más que preferencias culturales reversibles ha llevado a los planificadores sociales a impedir que la gente disfrute de la ornamentación, de la luz natural y de la escala humana, y ha forzado a millones de personas a vivir en grises cajas de cemento. La idea romántica de que todo mal es un producto de la sociedad ha justificado la puesta en libertad de psicópatas peligrosos que de inmediato asesinaron a personas inocentes. Y la convicción de que ciertos proyectos masivos de ingeniería social podrían remodelar la humanidad ha llevado a algunas de las mayores atrocidades de la historia.»

Steven Pinker, La tabla rasa, Paidós, 2012, p. 15.

C. «Son pocos los logros, grandes o pequeños, que no dependan en mayor o menor grado de que la persona que los busca crea en sí misma, y es muy probable que los mayores logros dependan de que esa persona sea no ya optimista, sino exageradamente optimista. Creer que uno es Jesús no es una buena idea, pero creer que uno puede llegar a ser un jugador de la NBA o, como [Steve] Jobs, resurgir de la humillante derrota de ser expulsado de su propia compañía, o ser un gran científico o escritor o actor o cantante, puede ser verdaderamente beneficioso. Aunque no acabe siendo cierto en los detalles de lo que se consigue, creen en uno mismo es, en último término, una fuerza positiva en la vida. Tal como dijo Steve Jobs: ‘No se pueden atar los cabos mirando hacia el futuro; solo se puede cuando se mira al pasado. Así que tienes que creer que, de algún modo, todo acabará encajando en tu futuro’. […] De hecho, hay estudios que muestran que la gente que tienen una percepción de sí misma más ajustada a la realidad tienen tendencia a la depresión moderada, sufren de baja autoestima, o las dos cosas. Por otro lado, una autoevaluación excesivamente positiva es normal y saludable.»

Leonard Mlodinow, Subliminal. Cómo tu inconsciente
gobierna tu comportamiento,
Crítica, 2013, p. 267.

D. Ninguna de las anteriores.